jueves, 3 de septiembre de 2009

La cara deportiva de Cali

Desde que Cali realizó los Primeros juegos Nacionales en 1928 empezó a ser reconocida como una ciudad deportiva, título que reafirmó con la realización de los VI Juegos Panamericanos en 1971 y muchos otros campeonatos internacionales, en donde se la llego a llamar; Capital deportiva de América. Es innegable que la ciudad cuenta con escenarios deportivos de primera, que se han ido renovando constantemente, también, que en Cali se han forjado muchos de los más premiados deportistas de Colombia. Pero ¿Es esta inversión verdaderamente productiva en todo sentido? No creo.


Si se mira del punto de vista de infraestructural, seguramente veremos, que si, se han construido escenarios deportivos, y algunos dirán que hasta se ha cambiado la cara de la ciudad. Es cierto, pero esto no vale nada si no hay (o no son efectivas) campañas educativas encaminadas al buen manejo de estos espacios y algunas semanas después de que un evento termina, se ve ya vandalismo y grafitis en estas edificaciones.


Se dice que los caleños son gente apasionada por el deporte ¿apasionada? Puede que se llenen estadios, puede que los Juegos Nacionales y que el Mundial de patinaje hayan sido un éxito ¿Pero a que se juega? No es sino que comience el Campeonato de Fútbol Profesional Colombiano y lleguen con él las noticias de peleas y muertes violentas en los estadios. Ó somos o no somos, y no somos, no somos organizados, esto se nota hasta cuando se hace una fila para entrar a algún lado.


Por último, y más importante ¿Que sería de Cali sin sus deportistas? Los más laureados del país, personas admirables que han llegado hasta dónde están por puro esfuerzo personal y han sido poco incentivados y remunerados por los esfuerzos que hacen. A Jackeline Renteria, ganadora de una medalla de bronce en lucha los Olímpicos de Pekin la premiaron construyéndole una casa, pero esto, después de años de trabajar y trabajar, dice ella en una entrevista, que en un momento debió suspender su entrenamiento pues costaba $10.000 pesos mensuales y ella no podía pagarlos. Me pregunto cuántos talentos que no perseveraron como ella se han quedado en las sombras y abandonaron el deporte.


Pienso que se debe reevaluar aquello de la ciudad deportiva, pues en la práctica, el deporte no ha sido un derecho garantizado al 100% por la Alcaldía de Cali, que tampoco ha dado su máximo esfuerzo para educar a la población en este tema. Pero considero, que lo que menos hace de Cali una ciudad deportiva es la gente, no podemos hacer como la familia que organiza su casa cuando hay visita, o el niño que se comporta bien solo cuando está delante de sus padres. Los caleños debemos saber aprovechar lo que tenemos y tratar siempre de cuidarlo, seamos o no sede de algún evento.

1 comentario:

  1. Hay buenos datos. Solo falta pulir dos cosas: arriegarse más con un estilo propio de narrar y lo otro es procurar hacer párafos cortos

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